Estar internado en un hospital puede ser tan estresante que hasta la mente se desequilibra
El estrés y la desadaptación pueden llevar a quienes permanecen internados en un hospital a padecer delirios, alucinaciones y pesadillas.
Los médicos que trabajamos en espacios hospitalarios conocemos la desorientación y los cambios de ánimo –habituales– que presentan la mayoría de los pacientes internados. Estos estados, dados por la alteración en los ciclos de sueño, la iluminación permanente y hasta la ausencia de ventanas, pueden provocar sensaciones de inseguridad, ansiedad y hasta pánico, que al aumentarse por la incertidumbre que provoca el estar enfermo se transforman, en muchos casos, en verdaderos trastornos emocionales.