«Las habilidades emocionales pueden ser entrenadas mediante ejercicios prácticos para reducir posibles conductas agresivas en la escuela, problemas de desajuste psicológico como la ansiedad o la depresión, así como mejorar la relación entre los compañeros y los padres», afirma la investigadora Ruth Castillo, coordinadora del proyecto de Excelencia Prevención de la violencia y el desajuste psicosocial en el aula mediante la educación de la inteligencia emocional incentivado por la Consejería de Economía, Ciencia y Empresa, de la Universidad de Málaga, España.
Desde el año 2008 y hasta el 2012, Pablo Fernández-Berrocal, de la Facultad de Psicología (UMA) dirige el citado proyecto llevado a cabo por el equipo de investigación de la UMA. Entre sus miembros principales se encuentran Rosario Cabello, Ruth Castillo, Pilar Rueda, Desireé Ruiz-Aranda, José Martín Salguero y Nicolás Sánchez, quienes han comprobado que «los alumnos que reciben entrenamiento emocional se han vuelto más capaces de resolver problemas y conflictos, y forman relaciones más sanas con sus compañeros y con los adultos. Gracias a la inclusión de este programa en diversos centros escolares, los alumnos andaluces consiguen ser más hábiles en la gestión de sus emociones e incluso gozan de menores problemas de desajuste psicológico, como la ansiedad o la depresión».