Archivo de la categoría: COMPORTAMIENTO

Ligan el estrés crónico con la pérdida de sociabilidad y habilidades cognitivas

Científicos de la EPFL (Suiza) han hallado que la activación de una enzima genera problemas en el comportamiento relacionados con el estrés crónico. 

Según un estudio publicado en Nature Communications, un equipo de investigadores del Brain Mind Institute (BMI) de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL), en Suiza, han descubierto un mecanismo sináptico que explica la relación entre el estrés crónico y la pérdida de habilidades sociales y discapacidad cognitiva. Una enzima desencadenada por el estrés ataca una molécula reguladora sináptica en el cerebro.

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¿Por qué funciona la Psicología Inversa?

Por Nuria Torres Marcos

En teoría, cuando las personas sienten que alguien o algo les restringe su libertad, se vuelven rebeldes y esto implica que irá contra las normas establecidas. Así, sin percatarse, están restringiendo ellos mismos su abanico de posibilidades ya que solo tendrían en cuenta las decisiones y los comportamientos que sean radicalmente opuestos a la norma coercitiva. Esto sucede porque ocurre un cambio de percepción. Es decir, infravaloramos las conductas permitidas y sobrevaloramos las conductas prohibidas.

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La pendiente resbaladiza de la maldad

Por Eugenia Rodríguez Guzmán

Cuando a la hora del desayuno una pareja conversa acerca de los pormenores de la cena que organizaron la noche anterior, y uno le comenta al otro acerca de lo “mal” que se comportaron tres invitados que se pasaron de copas, especialmente el vecino, quien, además, tiene fama de alcohólico, mujeriego y mitómano, ¿qué tan “malo” pudo haber sido?

 

¿Acaso el que narra lo acontecido se basa en alguna escala que mida porcentajes de maldad? ¿En función de qué? ¿Hasta

Eugenia Rodríguez Guzmán es egresada de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), Campus Monterrey, México.

qué grado un mal comportamiento pasa los límites? Además, ¿cuáles son esos “límites”? ¿Existen “niveles” de límites? De ser así, ¿están divididos, también, por categorías? En síntesis, ¿cuándo se puede decir que alguien “cruzó la línea”? ¿Ejemplos?… Tomemos aire.

 

Y es que antes de pasar a la descripción en detalle de cualquier comportamiento de una persona, tendemos a darnos prisa para ofrecer un adelanto, como quien en un programa de televisión de concursos presiona inmediatamente el botón de una máquina para ser el primero en responder la pregunta del conductor, inclusive antes de que éste termine de hablar, y sin importar si lo que saldrá de su boca es o no lo correcto.

 

Así, sin misericordia, juzgamos el comportamiento como “bien” o “mal”, “bueno” o “malo”. No hay espacio –o tiempo- para evaluar una escala de grises. Quizá no estemos considerando, entonces, aquellos actos atroces, inhumanos, bárbaros e inimaginables de los que cualquier ser humano mentalmente saludable puede llegar a hacer gala en determinadas circunstancias. Sí, personas comunes y corrientes: vecinos, hijos, padres, hermanos, amigos, ¡nosotros mismos!, etcétera y, ojo, no única y exclusivamente “psicópatas”; o, para ir más acorde a la jerga psiquiátrica, quienes padecen del llamado “Desorden de Personalidad Antisocial”.

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